Años atrás, las empresas disponían de una cadena de locales para que los clientes revisen y adquieran sus productos. Hoy, la realidad es otra: las personas no desean acercarse al establecimiento, al contrario, buscan encontrar la oferta en la página web, con amplia disponibilidad de stock y entrega inmediata. Es así que el desarrollo del ecommerce y la configuración de marketplace han replanteado la capacidad logística. ¿Por qué? Los puntos de venta online han suscitado una serie de desafíos en materia de abastecimiento, manufactura, almacenamiento, distribución y transporte. Más aun, considerando que la transformación digital, la automatización de procesos y el cambio en los hábitos del consumidor, ha propiciado el desarrollo de nuevas estrategias de operación. Una de ellas, la omnicanalidad.

Al respecto, hablamos con Farzin Ashraghi, cofundador y CEO de Inveligent (empresa especializada en la optimización de las cadenas de suministro de las empresas más importantes del país) quien nos comparte una serie de reflexiones sobre la importancia de la omnicanalidad como respuesta a las demandas digitales de las empresas.

 

 

A continuación, compartimos cinco puntos:

 

  • Qué es y porqué es relevante: la omnicanalidad, desde la logística, implica una selección sobre dónde ubicar los productos y qué medio utilizar para hacerlos llegar al cliente. En ese sentido, implica un entendimiento claro de qué canales (sean un local físico o un portal web) son los preferidos del consumidor, con el objetivo de cumplir la promesa de valor, en términos de producción, stock y entrega.
  • Ecommerce, nuevas oportunidades: con el marketplace surgen nuevas oportunidades. Muchas veces, las industrias piensan que el comercio electrónico se reduce al punto de venta por internet, sin percatarse de la transformación que este proceso implica: exposición de inventarios propios (y de terceros), disposición de centros de distribución, cobertura del transporte para llegar a la puerta del cliente, espacios de recolección, tiempos de respuesta, entre otros aspectos.
  • Distribución e inventarios: el comercio electrónico supone nuevas dinámicas de almacenamiento y distribución. ¿Locales? ¿Bodegas propias o de terceros? ¿Centro de distribución? La omnicanalidad, al final, apunta a sincronizar todos estos elementos para que las empresas tengan un control sobre sus inventarios en tiempo real y que los productos lleguen a destino en punto.
  • Transformación e integración en la cadena de abastecimiento: cada eslabón de la cadena tiene que estar alineado con las necesidades del cliente. Es así que el diseño, la producción, el almacenamiento, la cantidad de inventario, la posición de las bodegas, el costo del transporte, todo debe converger para atender una demanda creciente.
  • Viabilidad de negocio: la omnicanalidad plantea una dinámica a ser analizada desde la rentabilidad. La implementación de sistemas de inteligencia y optimización en las cadenas de suministros, supone una visión integral del negocio, de su crecimiento y proyección.

Las empresas en el país, en definitiva, tienen que pensar las operaciones de una perspectiva integral de cadena de abastecimiento. Antes, este ámbito era disperso, fragmentado. Por un lado, el área de transporte; por otro, el departamento de almacenamiento. No obstante, las exigencias actuales precisan una perspectiva holística que abarque desde el diseño y fabricación del producto, hasta la distribución y entrega del mismo con eficacia.

 

Esta visión integral de la cadena de abastecimiento se analiza a profundidad en la Maestría en Dirección de Operaciones y Seguridad Industrial de la Universidad de Las Américas.

 

Sobre Farzin Ashraghi:

Ingeniero en Electrónica y Telecomunicaciones y experto en gestión e innovación de cadenas de abastecimiento, Farzin es cofundador y CEO de Inveligent, empresa especializada en la automatización y optimización de las cadenas de suministro en las empresas más importantes del país.