En Ecuador, los líderes empresariales tienen 3 preocupaciones fundamentales: cómo ser eficientes, de qué forma gestionar e implementar estrategias, y la creación de experiencias distintas para los clientes. Específicamente, el primer punto es el que mayor interés despierta en la medida que las organizaciones siempre buscan implementar iniciativas enfocadas al crecimiento de ingresos y la reducción de gastos, sin deteriorar los niveles de servicio.

El abordaje de la eficiencia no se limita a los procesos operativos y abarca integralmente la organización: entender el mercado y sus segmentos, eliminar desperdicios en los procesos, desarrollar esquemas transversales de gestión, implementar ciclos de mejoramiento continuo, etc. ¿Cómo lograrlo? A través de mejores prácticas a nivel mundial, como es la metodología Lean”.

 

Acorde a Edwin Delgado, director de la Maestría en Administración y Gerencial Organizacional, la eficiencia abarca 3 perspectivas conjuntas y complementarias (gestión del mercado y procesos, mentalidades y conductas, y gestión de desempeño) que permiten fortalecer la propuesta de valor hacia el cliente. Existen experiencias exitosas al respecto: utilidades crecientes, incremento de la productividad comercial, requerimientos que antes tomaban días, hoy se ejecutan en pocos minutos, gente pensando diferente, entre otras.

 

Una de las bases que soporta la administración de la eficiencia, es la reducción de desperdicios. A continuación, compartimos ocho enfoques metodológicos que permiten identificarlos:

 

  • Producción en exceso: producir más de lo necesario bajo la teoría del “por si acaso”.
  • Transporte: la logística no siempre es la solución y provoca pérdida de tiempo y recursos.
  • Stock (inventario): la costumbre de guardar algo más de lo requerido, por una gestión inadecuada de la demanda y el flujo de actividades.
  • Tiempo de espera: una cultura burocrática de revisión y aprobación, conlleva retrasos innecesarios.
  • Exceso de procesos: políticas y controles irrelevantes que impiden decisiones alineadas con las urgencias del cliente.
  • Movimiento: en las áreas operativas de instituciones financieras, un asesor puede llegar a recorrer hasta 500 metros diarios, porque la impresora está en un lado, los anaqueles con información crediticia en otro, etc.
  • Intelecto: directivos y gerentes que ingresan datos, analistas que cumple funciones operativas. La gente no siempre hace lo que tiene que hacer.
  • Re trabajo: si ya se tomó una decisión o se generó información, ¿para qué revisarlo nuevamente? Ejemplo de ello son las múltiples tomas de datos de clientes, cuando en una actividad previa ya se hizo.

Cabe mencionar que la tipificación de los desperdicios, es solo una parte de todo un proceso en eficiencia de gestión. Éste paso debe complementarse con un diagnóstico sobre qué quiere el cliente, qué ofrece la competencia, el diseño de soluciones y la definición de una serie de iniciativas e indicadores estratégicos y tácticos.

Evaluar cuantitativa y cualitativamente comportamientos y competencias, visibilizar el rendimiento de los colaboradores y medir el impacto de las acciones, siempre bajo un concepto de administración efectiva del cambio, se traduce en un modelo de eficiencia integral.

 

Este tipo de temas son parte del entendimiento de cómo liderar negocios, que se entiende a profundidad en la Maestría en Administración y Gerencial Organizacional de la UDLA.

 

Fuente: Edwin Delgado.