Sí, aunque son pocas las publicaciones que abordan el tema. Juan Pablo Piedra, director de la Maestría en Seguridad y Salud Ocupacional de la UDLA, es uno de pocos expertos en el país que han dedicado sus esfuerzos a examinar las causas que propician riesgos y accidentes laborales, y diseñar planes de intervención. De hecho, una de sus recientes investigaciones abordó precisamente aquellas metodologías didácticas que contribuyen a concientizar, propiciar cambios conductuales y generar una cultura de prevención.

Una perspectiva del sector bananero

En América Latina, la agricultura es una de las actividades más riesgosas debido al uso de pesticidas y la manipulación de herramientas. Situación que se manifiesta en el sector bananero, donde las condiciones de trabajo conllevan, entre otras afectaciones, problemas respiratorios y síntomas de intoxicación. Al respecto, el Ministerio de Salud Pública, el Ministerio de Agricultura y Ganadería y la FAO, expidieron el Manual de Seguridad y Salud en la Industria Bananera, documento que enfatiza en aquellas prácticas preventivas que propician la configuración de espacios seguros. Por ello, y con base en dicha normativa, la investigación recopiló el trabajo de intervención y entrenamiento que adelantó Juan Pablo con 41 trabajadores de 2 sindicatos.

 

Proceso de intervención

 

El proceso se fundamentó en la metodología ARIPE (ajustar, reactivar, informar, aprender y evaluar), misma que se adaptó a las demandas y requerimientos de los trabajadores de las fincas bananeras. Al respecto, el trabajo contempló tres objetivos: identificar riesgos comunes, crear actitudes de prevención y demostrar la forma en que se manipulan, transportan y almacenan químicos peligrosos. En primera instancia, la intervención evidenció la importancia del manual y enfatizó en las consecuencias de los accidentes y enfermedades ocupacionales.

Posterior a ello, se abrió un espacio de preguntas donde los trabajadores indagaron sobre los riesgos que implican su actividad y la manera de advertirlos. La tercera fase constó de una aplicación práctica, dinámica e interactiva en la que los participantes elaboraron una pequeña exposición alrededor de las buenas prácticas de salud y seguridad en el trabajo. Un cuestionario sobre el manual completó la cuarta etapa del proceso. Finalmente, se realizó un debate que midió el cumplimiento de los objetivos planteados.

 

Resultados

 

Al término del programa, los participantes desarrollaron la capacidad de:

  • Identificar riesgos laborales.
  • Seguir medidas de prevención.
  • Usar equipo de protección personal.

 

Si bien no existen recetas prestablecidas en materia de seguridad y salud en el trabajo (los procesos de intervención tienen que renovarse y adaptarse contantemente), destacan algunos factores que siempre se deben tomar en cuenta: experiencias previas, datos demográficos, canales de comunicación digitales y un claro enfoque generacional.

En contexto

La intervención didáctica en seguridad y salud ocupacional se realizó con trabajadores de los sindicatos Colsiba y Sinutrabe, en la provincia de Los Ríos.

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