Hoy en día, los clientes exigen a las empresas seguir ciertos estándares y regulaciones técnicas. Alrededor de estos requerimientos, se han creado una variedad de certificaciones que verifican su cumplimiento. Sin embargo, ¿qué pasa cuando los proveedores de países como Ecuador, no cuentan con los recursos necesarios para atender dichos parámetros y demandas? Es evidente que existe relación de poder subyacente que no siempre beneficia a los productores. Con esta idea de investigación, Verónica León, directora de la Maestría en Dirección de Operaciones y Seguridad Industrial de la UDLA desarrolló una ponencia en el marco de la 28va Conferencia de IPSERA efectuada en Milán.

 

Una contribución al conocimiento

 

Cada año, IPSERA, asociación especializada en compras y cadenas de suministros, invita a que investigadores de Europa y el mundo, presenten propuestas académicas y científicas. Verónica, al estar adscrita a esta organización, envió su paper relacionado al impacto que tienen las certificaciones de sostenibilidad en los commodities alimentarios; específicamente en la producción de cacao y café. La idea fue aceptada y los resultados preliminares del estudio se presentaron en Milán. Esta ponencia fue la única de la región, y contó con el apoyo de la Universidad de Las Américas. 

Cabe mencionar que esta investigación, al estar en fase de desarrollo, tiene previsto ampliar su alcance y explorar otras industrias y sectores.

 

¿En qué consistió la investigación?

Básicamente, este estudio partió de la siguiente hipótesis: las certificaciones, muchas veces, se convierten en mecanismos que confunden y afectan a los proveedores locales. Por ejemplo, un productor de cacao que desea exportar a Estados Unidos y Europa, debe conseguir un sinnúmero de documentos que garanticen que sus productos son orgánicos, seguros, inocuos, entre otros parámetros. Desde el punto de vista del consumidor, este escenario conlleva múltiples beneficios. Pero qué pasa con los productores que aceptan estas condiciones por obligación y no por convicción.

 

Al respecto, la investigación de Verónica incluyó una revisión de las principales certificaciones de sostenibilidad: Fair Trade, Rainforest Alliance, UTZ, 4C y otras, desde la perspectiva del productor. Esto, debido a que, en ocasiones, los proveedores sufren una excesiva carga normativa que no asegura la sostenibilidad en toda la cadena de valor. El análisis se fundamentó en entrevistas con empresas y se sustentó teóricamente a partir de los conceptos de relación de poder: imposiciones, aceptaciones y resistencias.

 

Conclusiones:

Si bien las conclusiones no son generalizables, se puede intuir que las certificaciones de sostenibilidad se rigen bajo una lógica utilitaria: los productores las emplean únicamente cuando hay clientes dispuestos a pagar por sus productos ¿Por qué? Las normativas generan costos y esfuerzos adicionales (renovar sistemas de producción, paralizar planta) que no siempre se traducen en réditos y ventas. Más aún si se considera que la demanda por lo orgánico aún no es tan amplia.   

 

Por ello, el estudio plantea la búsqueda de nuevas alternativas de sostenibilidad, que vayan más allá de un modelo restrictivo centrado en las certificaciones.

 

En contexto:

En junio, Verónica junto a la catedrática Mariuxy Jaramillo, visitarán Europa para compartir el artículo acadèmica “Sustainable supply chains in Latin America: cocoa production in Ecuador durante la 26va Conferencia de EurOMA.