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El departamento de Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) es el corazón operativo de las empresas. Su aplicación en el desarrollo de las organizaciones ha impulsado una constante innovación en la ejecución de procesos. Por esta razón, en los últimos años, la inversión en este tipo de recursos ha sido cada vez mayor. No obstante, cuando estas adquisiciones no son acompañadas con estrategias, actualizaciones y el talento humano necesario, incumplen su justificación y derivan en un gasto.

Actualmente, ha incrementado la necesidad de automatizar procesos, suministrar plataformas de información para la toma de decisiones y ahorrar recursos. Las empresas quieren ser más rápidas y eficientes, y para el efecto, analizan opciones tecnológicas que se ajusten a los requerimientos de su modelo de negocio.

Sin embargo, muchas veces el rendimiento no es el esperado ya que, en la implementación de recursos informáticos, intervienen factores que van más allá de lo tecnológico como es el talento humano. En ese sentido, cambios en el personal – o su defecto, la falta de actualización – pueden limitar el alcance de las TICs.

De ahí, la pertinencia de una hoja de ruta clara que indique cuáles son las necesidades – actuales y futuras -, presupuestos y lineamientos que debe seguir la organización; así, como investigaciones que demuestren la viabilidad de los resultados esperados.

Introducir tecnología es el punto de partida; razón por la cual, las TICs, requieren de procedimientos que garanticen su sostenibilidad en el largo plazo, como la planeación y proyección de resultados. Si bien su uso, también está enfocado en solventar problemas emergentes y coyunturales, no debe perderse de vista que el desarrollo tecnológico se enmarca en facilitar la operatividad de las empresas, lo cual deriva en ventajas productivas y competitivas.

Las TICs deben adaptarse a contextos que permitan su optimización en términos productivos y competitivos, de tal manera que éstas contribuyan a la consecución de los objetivos delimitados por las empresas. La correcta aplicación de las tecnologías funciona en la medida que sean aprovechadas en beneficio de transformaciones que impulsen el crecimiento del negocio.

Maestría en gerencia de sistemas