Cada vez es más común ver a jóvenes líderes de empresas familiares o de sus propios emprendimientos. Algunos de ellos visten desenfadados rompiendo las normas de formalidad de sus mayores. Otros, en cambio vienen a imponer un estilo fresco de liderazgo que podría ser un tanto abrumador para algunos.
Si su equipo es de gente mayor probablemente habrá cierto rechazo a aceptar a una persona más joven ya que lo tomarán como sinónimo de inmadurez y falta de experiencia. Si el equipo es más joven probablemente se acoplará de mejor manera.
Ahora, ser joven y estar en la cima no es fácil -tampoco lo es cuando creces- sin embargo el reto puede resultar mucho más grande si aún no has acumulado la suficiente experiencia.
Primero hay que tomar en cuenta que como todo joven tendrás las ganas, ideas frescas y el conocimiento más a flor de piel sobre las tendencias, sin embargo estos consejos podrían ayudarte para acelerar el proceso de aprendizaje y optimizar el trabajo con tu equipo:
- Seguramente habrás tenido por lo menos un jefe en tu vida así que analiza lo que te gustaba y lo que no de esa figura y ve creando tu propio estilo.
- Tu equipo siempre hablará de ti a tus espaldas, en buen plan o en negativo así que lo mejor será tener una política puertas abiertas y demostrarles esas ventajas de la juventud que son: saber escuchar, aceptar las críticas constructivas y sobre todo poder cambiar rápidamente si aceptas que algo está mal.
- En un equipo de trabajo existen lo que se conoce como los “thinker” y los “doer”. Aprende a identificar en que grupo está cada uno de los tu equipo. Es decir si están más ligados al campo del saber y del análisis (primer caso) o si más bien son los que aprenden a través de la práctica. Determinar esto te permitirá saber cómo armar correctamente los equipos de trabajo.
- Imponer nunca motiva. Toma eso en cuenta. Quizás sea difícil que te tomen en serio porque las personas puede juzgarte porque te consideran muy joven sin embargo portarte como el típico jefe malo no logrará cambios.
- Tu juventud puede ser la opción perfecta para inspirar. Tu compromiso con la empresa, con hacerla crecer y tu capacidad de creer en los sueños será suficiente para inyectarles tu buena energía. No pierdas ese espíritu.
