Ropa sin logos

Los grandes logos que muestran la marca en la ropa que una persona usa podría ser una tendencia a punto de desaparecer. Llevar una camiseta con el cocodrilo en el pecho o un A&F tatuado en un lugar ultra visible podría no ser atractivo nunca más.

La razón son los millennials que están imponiendo la moda del “no-logo”. La generación actual se aleja cada vez más del exhibicionismo de marca y busca un estilo propio de vestir que les distinga del resto de personas.

Las marcas ya se dieron cuenta de esto cuando sus ventas comenzaron a bajar por lo que no han dudado en cambiar sus estrategias y acoplar sus diseños a la demanda de sus clientes. Abercrombie & Fitch, Coach, Michael Kors o Gucci son ejemplos de marcas que ya se “subieron al tren” de un estilo más sutil.

Durante mucho tiempo las personas han demandado un estilo de vida que reflejara su estatus social por eso llevar consigo un logo grande marcado en alguna de sus prendas era el ideal y era símbolo inequívoco del prestigio que habían logrado.

Ahora los millenials son un público diferente. Lo que menos les interesa es aparentar y lo que más es ahorrar. Por eso no es extraño verlos comprando en tiendas como Wal-Mart, JCPennet y Target (Estados Unidos) según revela una investigación realizada por Viacom.

Esa misma investigación citada en el sitio web “How cool brands stay hot” evidencia que el 60% de los millennials a nivel mundial han sido influenciados directamente por la crisis económica por lo que además de crear su propio estilo buscan ahorrar dinero.

Otro estudio de Goldman Sachs confirma esta tendencia y añade que la necesidad de prestigio a través de los logos se está trasladando a los dispositivos electrónicos como los celulares. Dinero, tecnología y vacaciones es en lo que les interesa gastar a los millennials y cada vez menos en moda, explica otro estudio citado en el mismo sitio web: Puro Marketing.

En conclusión, este cambio de percepción en la mente de los consumidores ha hecho que la industria de la moda y las marcas (incluso de lujo) deban adaptarse a mostrar su identidad pero con formas más sencillas y sugerentes y no tan evidentes y hasta vulgares – como lo considera esta generación- con el fin de mantenerse en el mercado y atrapar a este gran segmento de consumidores.