transformación digital

Cuando se habla de transformación digital, habitualmente se piensa en el desarrollo de compañías de carácter tecnológico – como Amazon, Google o Apple -. No se trata de eso. Este término hace referencia al uso de la tecnología en favor de la competitividad empresarial de cara al futuro. De ahí que el gran desafío no esté en la creación de nuevos negocios, sino en la adaptación que debe realizar una industria en función de los retos que la globalización -y su consecuente impacto en los hábitos de consumo- plantea.

Anteriormente era difícil que una empresa establecida en el mercado modifique su lógica de producción -centrada en procesos repetitivos-. No obstante, la convergencia y evolución digital están modificando la forma en que sea realiza el trabajo. A pesar de que todavía existe cierta resistencia al cambio, las compañías tienen que comprender que, si no aprovechan las posibilidades que abre la innovación, serán superadas por la competencia y morirán.

Un caso emblema que representa esta realidad es el de Blockbuster. El hecho de no comprender el rumbo que tomaba su línea de negocio produjo su desaparición; lo mismo está pasando en otros sectores como el de transporte, los servicios hoteleros, el comercio, entre otros. La insatisfacción de las personas -producto de la falta de innovación-  está motivando a los competidores a desarrollar aplicaciones que mejoren la experiencia del cliente; y la tecnología, ciertamente, contribuye a ello.

Si las organizaciones quieren mantenerse vigentes en el mercado, deben adoptar la tecnología como una herramienta aliada. Sin embargo, deben analizar la forma en que se implementa dicha transformación, que es la que marca la diferencia al momento de alcanzar un objetivo. Entonces, ¿cómo llevar el proceso de transformación? Según expertos, la respuesta está en la estrategia.

Transformación en función de las personas

La tecnología por sí sola no va a solucionar problemas. La importancia está en la utilidad que se le dé a través del conocimiento. En ese sentido, el World Economic Forum (WEF) sugiere que, para la transformación digital, resulta necesario replantear el enfoque de las empresas a través de nuevas estrategias que otorguen propuestas de valor al tiempo que garanticen la sostenibilidad del cambio.

De esta manera, sugiere el WEF, el modelo operativo debe ser reestructurado a partir de profesionales altamente capacitados que, con habilidades y amplios conocimientos, “evalúen el potencial para desarrollar talentos, formen equipos multidisciplinarios, desarrollen redes de colaboración entre empresas, creen nuevos sistemas de evaluación y redefinan los papeles de liderazgo en el ámbito digital”.

Contexto ecuatoriano

A criterio de Giovanni Bastidas, director de la Maestría en Mercadotecnia con mención en Estrategia Digital de la Universidad de Las Américas, en Ecuador ya se empiezan a vislumbrar acciones que van en línea de la transformación digital. “Diferentes organizaciones, especialmente comerciantes minoristas o de retail, están adaptando su modelo de negocio a las plataformas tecnológicas. Empero, contrario a lo que se piensa, esta conversión no es un avance exclusivamente tecnológico, sino que es parte de un proceso estructural y estratégico que requiere de expertos que sepan cómo aprovechar las herramientas en beneficio de la competitividad de las empresas”.

En el país, según Kruger Labs, el 80% de los empresarios se hallan inmersos en una fase de mejoría de sus procesos apoyados en la tecnología digital. Esto evidencia que los negocios del país están adaptando su funcionamiento – paulatinamente – a las plataformas digitales, pero que también tienen mucho por hacer en esta materia.

Una de las compañías que han comprendido hacia dónde se dirige el comportamiento de las personas es Produbanco, que ha desarrollado Be, la primera cuenta en el país en ser completamente digital. Según Ricardo Cuesta, presidente ejecutivo de esta entidad bancaria, el camino hacia la innovación radica en cubrir las necesidades y las expectativas de los clientes generándoles experiencias extraordinarias en su interacción.

La transformación digital no es un simple paso de lo físico a lo virtual. Por el contrario, es un proceso que articula estos ámbitos, con el objetivo de mejorar la competitividad de las empresas. Para lograr dicha sinergia, no hace falta una millonaria inversión en hardware y software, ni una gran campaña en redes sociales. El desafío está en detectar cuáles son las exigencias de los clientes, y a través de la estrategia, atender dichos requerimientos, mejorando el desarrollo, la investigación y el management.