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Toda crisis es una oportunidad, especialmente si nos referimos a Project Managers; y si bien esa es una frase que se ha dicho muchas veces, la capacidad de vivir bajo esta premisa, no resulta tan fácil. Por eso, la vía más directa para lograrlo es desarrollar la capacidad de liderazgo.

¿Cómo hacerlo? Alejandro Arias, Docente de la Maestría en Gestión de Proyectos, nos da la respuesta, se trata de una especie de fórmula que es la clave para ser líderes de nuestros equipos y con ello conseguir con éxito los resultados que nos hemos planteado.

IQ+EQ+DQ

IQ o el coeficiente intelectual. Ya han pasado varias décadas desde que este indicador y su correspondiente evolución se ha convertido en una medición de las habilidades y capacidades individuales para resolver problemas. Sí, este aspecto es importante, pero no estará completo sin otros elementos esenciales.

 

El EQ o coeficiente emocional. Si algo nos ayuda a diferenciar los colaboradores estrella, es la inteligencia emocional, esa capacidad para autocontrolarse, automotivarse y expresar sentimientos de manera adecuada y eficaz. “Esto posibilita la comunicación”, aclara Alejandro.

 

El IQ y el EQ no estarían completos con un tercer componente que hoy por hoy, es una parte esencial del desarrollo organizacional: el componente de la decencia o DQ.

 

Ajay Banga, CEO de Mastercard, fue quien llamó la atención sobre este aspecto, que recoge Alejandro, por la necesidad de sumar a la habilidad emocional y cognitiva, la resiliencia, la flexibilidad y la adaptabilidad, tres conceptos que hoy son fundamentales para la sobrevivencia dentro de las organizaciones, para los equipos de trabajo.

 

Y, respecto al DQ hay algunos aspectos a considerar, explica Alejandro. Ya que no solo se trata de que el líder de proyecto tenga esas características, sino que estas le sirvan para crear culturas basadas en la decencia, “que permitan a las personas traer su mente y corazón al trabajo”.

 

Así, la era de pedir a los colaboradores que dejen sus problemas personales fuera del ámbito laboral, terminó. Hoy, los líderes deberán entender la cadena de bienestar de cada individuo, es decir, que también son responsables de su calidad de vida y, que su estado, será transmitido a su entorno inmediato, a su familia y desde allí también se expandirá a la comunidad, a la sociedad.

 

“Entonces, hay que cuidar el entorno alrededor de ellos para procurar también su cadena de bienestar. En este sentido, el principal eslabón para crear este entorno de resiliencia será el coeficiente de la decencia”.

En la práctica esto se logra brindando tranquilidad a nuestros colaboradores, que puedan sentirse en paz y de esa manera, realizar su trabajo de manera eficiente y eficaz. Un entorno en el que las personas puedan sentir la libertad de experimentar con lo nuevo será ideal para obtener resultados.

 

Así que, la fórmula perfecta del liderazgo está en tus manos.

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