El primer año de universidad puede generar cambios abrumadores para los adultos jóvenes. Pues, no solo representa un período de transición para ellos, sino también una adaptación conductual en un nuevo entorno, con nuevas relaciones y sistemas de apoyo cambiantes. Expertos en salud y nutrición de la UDLA, junto con dos estudiantes egresadas de la carrera de fisioterapia reclutaron a 116 estudiantes de primer año para comprobar estos cambios en su estilo de vida, dieta, peso, índice de masa corporal, talla, actividad física, sedentarismo, trastornos del sueño y consumo de drogas o alcohol.

¿Con cuáles desafíos se encontraron?

Para empezar, se les indicó a los estudiantes que una vez que se evaluaran los indicadores mencionados, se compararían los parámetros obtenidos con las directrices otorgadas por las “Pautas canadienses de movimiento de 24 horas para adultos de 18 a 64 años”,que básicamente, indican la importancia de los comportamientos de movimiento de las personas durante todo el día (24 horas), aportando en mantener estilos de vida saludables.

De manera general, el cumplimiento de estas directrices fue tan solo del 8,6% por parte de los estudiantes al momento de ingresar a la universidad. Además, el 74,1% de los estudiantes no cumplieron con ninguna de las recomendaciones. Finalmente, el 70% de los jóvenes necesitan cambios en su dieta; el 69,8% tuvo alteraciones significativas del sueño; y el 18,9% presentó un consumo perjudicial de alcohol.

Diferencias entre hombres y mujeres

Los hombres, a pesar de haber presentado una mayor proporción en el cumplimiento de las recomendaciones del movimiento de 24 horas, reportaron un mayor porcentaje en el consumo nocivo de alcohol. Por otro lado, las mujeres reportaron un mayor porcentaje de fumadores ocasionales y una mayor prevalencia de obesidad, menor nivel de actividad física y un mayor porcentaje de alteración del sueño.

Este estudio de la Universidad de Las Américas, que surgió a raíz del proyecto de titulación de las estudiantes de fisioterapia María Emilia Cassola y Emilia Garzón, se denomina Lifestyle behavior of physiotherapy students from Ecuador upon admission to higher education: a cross-sectional study, y fue publicado en la revista de alto impacto Frontiers in Sports and Active Living. Esta investigación, tuvo como objetivo conocer diversos indicadores para poder aportar con sugerencias en la implementación de estrategias que conduzcan a los jóvenes que ingresan a la universidad a adoptar estilos de vida más saludables.

“No hay estudios similares publicados en estudiantes universitarios del Ecuador. Nuestro estudio demostró que, al ingresar a la universidad, la adherencia general a las pautas de movimiento de 24 horas es baja entre los estudiantes universitarios”- menciona Héctor Gutiérrez, docente investigador de la UDLA que participa en el estudio.

Por otro lado, José López Gil, investigador UDLA, menciona que sus hallazgos podrían conducir al uso de estrategias específicas para cada sexo, en cuanto a la prevención y promoción del movimiento y comportamientos de estilo de vida durante este período crítico.

Recomendaciones a los jóvenes:

La etapa de ingreso a la universidad representa cambios en términos de horarios, nuevas responsabilidades, amistades y hábitos; y con ellos, un aumento progresivo de la independencia. Tener en cuenta que a todos estos factores se les suma la exposición permanente a dispositivos tecnológicos, que combinado con una falta de actividad física, tienen un impacto negativo en la calidad de vida de los estudiantes, es importante para tomar acciones preventivas y cambios positivos:

  1. Para los adultos jóvenes: poner en práctica las pautas canadienses de movimiento de 24 horas que indican: realizar 150 minutos por semana de actividad física de moderada a vigorosa; no más de ocho horas diarias de sedentarismo; y de siete a nueve horas de sueño nocturno. El cumplimiento de estas tres pautas está relacionado con resultados positivos en la salud cardiometabólica, la condición física, la salud mental y disminución del riesgo de mortalidad entre las poblaciones de adultos y adultos mayores.
  2. Para el personal de salud y promotores de políticas públicas: identificar los períodos críticos para la adopción de conductas de movimiento y estilo de vida poco saludables y los factores que influyen en ellos puede conducir al desarrollo de programas de prevención eficaces. Por tanto, existe una necesidad urgente de implementar intervenciones de movimiento y estilo de vida para mejorar la salud de este grupo, que representa una proporción significativa de la población.
  3. Para los investigadores: se necesita investigación adicional sobre este tema en las universidades latinoamericanas, especialmente en Ecuador. Sus aportes representarán una cohesión con todas las estrategias de prevención.

Recordemos que los hábitos que se adoptan en la adolescencia y juventud nos acompañan por el resto de nuestra vida. Generar conciencia sobre aquellos estilos de vida poco saludables, es indispensable para adoptar nuevos hábitos y vivir en plenitud.

Accede al artículo completo: https://www.frontiersin.org/articles/10.3389/fspor.2024.1352144/full

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