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ALERTA POR EL USO DEL AGUA SUCIA DEL MACHÁNGARA

TOMADO DE DIARIO LA HORA

RESUMEN:

El río Machángara se ha convertido en una cloaca que recorre todo Quito. A lo largo de sus 22 kilómetros se vierten las aguas negras de los quiteños que viven en las riberas.
De hecho, el 50% de las aguas residuales que recibe el río proviene de estos habitantes, quienes han instalado tuberías antitécnicas que descargan las aguas negras. En un recorrido realizado por LA HORA se pudo observar estas tuberías en La Recoleta, El Recreo y Cumbayá.
A inicios del siglo XX, el Machángara era un lugar de encuentro para muchos quiteños que disfrutaban de sus aguas. Sin embargo, hoy en día, el río es intransitable debido a la basura y al olor fétido que emana. En algunos sectores, como detrás del Centro Comercial El Recreo, la cantidad de basura acumulada es impresionante.

HAY QUÍMICOS Y MATERIA FECAL
Para Blanca Ríos Touma, bióloga e investigadora de la Universidad de Las Américas (UDLA), el estado del río Machángara es comparable al de una alcantarilla. Según Ríos, diversos estudios realizados por las universidades San Francisco de Quito, Católica, UDLA y Central coinciden en la presencia de altos niveles de metales pesados como fenoles, detergentes, cianuro y aceites. Estos compuestos están presentes en químicos para uso en hogares y en industrias.
Los valores descubiertos superan las normativas para la conservación de la vida acuática e incluso las regulaciones de descarga de aguas residuales.
La investigadora alertó que encontró niveles de contaminación fecal muy altos, comparables a alcantarillados de aguas residuales. Además, un estudio reveló la presencia de 26 virus que pueden afectar la salud humana.
También hay zonas del Machángara con menos del 2% de oxígeno disuelto, cuando la normativa exige más del 80%. Esto indica que gran parte del río está compuesto por materia orgánica en descomposición, explica la bióloga.

ALERTA SANITARIA
Ríos sostiene que el agua del Machángara debería, al menos, cumplir con las normativas para la conservación de la vida acuática y el riego agrícola. Sin embargo, a pesar de no cumplir con ninguna normativa, hoy en día aún hay personas que cultivan alimentos y crían ganado que consume el agua y la vegetación del río contaminado.
La bióloga explicó que la normativa en Ecuador para el cuidado de los ríos varía según su uso, estableciendo distintos parámetros para uso agrícola, consumo humano o conservación de la vida acuática. En el caso del Machángara, “no puede asignársele ningún uso debido a los altos niveles de metales pesados y heces fecales presentes”.
Esto se agrava porque Quito solo cuenta con una planta de tratamiento de aguas residuales en Quitumbe, en el sur de la capital, que procesa entre el 2% y el 3% de las aguas residuales de la ciudad. Y, estas, van al río, que otra vez contamina las aguas tratadas.
Este río que recorre desde el volcán Cotopaxi y el Sincholagua hasta llegar al río Esmeraldas, desembocando en el Pacifico, y al pasar por Quito, arrastra 26 tipos de virus. Estos, según la investigadora, están afectando especialmente a las comunidades más pobres del país, como las comunidades indígenas y afrodescendientes, por ejemplo, de Esmeraldas.

ANIMALES AFECTADOS
La zoonosis es el proceso por el cual las enfermedades se transmiten de animales a humanos. Este fenómeno, similar al origen sospechado del covid-19, se vuelve más probable con la destrucción de bosques y ríos, afectando a los animales y exponiendo a los humanos a una multitud de virus y bacterias capaces de enfermar a los mamíferos.
En el caso de los animales que viven cerca del Machángara, como las vacas, pueden contagiarse y luego transmitir enfermedades a las personas que las cuidan, propagando así diversas patologías. La zoonosis es una de las mayores preocupaciones actuales, ya que los altos niveles de contaminación biológica pueden generar epidemias y pandemias, advierte la investigadora de la UDLA.

LA DESCONTAMINACIÓN DEL MACHÁNGARA REQUIERE ACCIONES INMEDIATAS
La bióloga Blanca Ríos Touma dice que las acciones para mejorar el estado de los ríos deben ser participativas. Según ella, es crucial respetar el punto de nacimiento del río y revegetar las áreas que no tienen cobertura verde. También recomienda promover la depuración descentralizada de las aguas residuales, es decir, construir varias plantas de tratamiento de aguas residuales para tener un mejor alcance en la descontaminación, y exigir el cumplimiento de las normativas industriales y de descarga.
Además, es fundamental que los consumidores se informen sobre el impacto ambiental de los productos que utilizan.
Pero, Ríos enfatiza la necesidad de exigir cambios políticos, desde las más altas autoridades, que prioricen el cuidado del medio ambiente y el tratamiento adecuado de las aguas residuales.