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EN EL PAÍS SE PRODUCIRÁ UNA LECHE MÁS DIGERIBLE

TOMADO DEL SITIO WEB DE EL MERCURIO

Resumen:

¿Le hace daño consumir leche? Seguramente le han dicho que es intolerante a la lactosa, pero el diagnóstico puede ser otro. El 50 % de las personas que padecen de problemas intestinales cuando consumen leche se debe a que en realidad son intolerantes a la beta-caseína Al, una proteína que en Ecuador se trabaja por descartar, para lograr un producto más digerible.
Un total de 58 ganaderos de la parroquia Baquerizo Moreno, en Píllaro, provincia de Tungurahua, iniciaron, junto con la UDLA, el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) y la Fundación española Codespa, un proyecto para producir leche A2A2, que tiene como característica que es digerible para la mayoría de las personas.
Como lo explicó Elizabeth Cama, técnica de Codespa, el trabajo que se inicia hoy es largo, como todo lo relacionado con genética ganadera, por lo que se estima que la producción de leche con características diferentes inicie entre tres y ocho años.

PROYECTO
Jacobus de Waard, investigador de la UDLA que trabaja en este proyecto, explicó que la beta-caseína Al está presente solo en las vacas, precisamente por los procesos a los que se les ha sometido para la producción masiva de leche, pero es posible retomar a los lácteos que los humanos consumían hace más de 100 años y que no causaban problemas digestivos, produciendo solo leche A2.
Alrededor del mundo, el paso a la producción de leche A2 ha tenido una buena respuesta, ya que el consumo de este producto es indispensable, sin embargo, muchas personas lo han sacado de su dieta por las molestias que les causa. En países como Australia y Nueva Zelanda los lácteos de características Al se están eliminando.
Para de Waard, es importante aclarar que el proyecto en Baquerizo Moreno no consiste en ninguna alteración genética, aunque las vacas con beta-caseína A2A2 son escasas en Ecuador (el 85 % son Al), sí existen y la idea es seleccionarlas e inseminarlas, para que en el futuro produzca solo leche A2.

ESTUDIO
Según el investigador de la UDLA no se requiere ni siquiera un examen médico, lo que debe hacer una persona a la que la leche le hace daño es tomar leche o comer queso de cabra, si no tiene ninguna reacción, lo que tiene no es intolerancia a la lactosa, sino a la beta-caseína Al.
“La gente que sí puede consumir leche de cabra no es intolerante a la lactosa, porque esta leche tiene más lactosa que la de vaca, si resiste, es porque la intolerancia es a la beta-caseína Al, el problema es que los síntomas son prácticamente los mismos y muchas veces, sin exámenes previos, las personas solo dejan de consumir la leche”, explicó Jacobus de Waard.

OBJETIVO
Dolores Mise, directora de Codespa en Ecuador, explicó que el objetivo de la cooperación española es que estos ganaderos pasen de la pobreza a la prosperidad, mejorando sus ingresos y su calidad de vida, esto se logra trabajando en la cadena de valor, desde la producción hasta la comercialización, con lo que se genera un producto diferente, que tiene otros mercados.
Desde hace ocho años, los ganaderos de Baquerizo Moreno comenzaron a mejorar sus productos, consiguieron el certificado de predios libres de brucelosis y tuberculosis, el de Buenas Prácticas Agropecuarias y el arete oficial, esto les permitió entrar a este nuevo proyecto, además venden su leche para productos de exportación, como los helados de Salcedo.

HAY UNA SOLA HACIENDA QUE ES CERTIFICADA
Por el momento, en Ecuador, existe solo una hacienda certificada por el Ministerio de Agricultura y Ganadería que produce leche A2 de forma exclusiva, se trata de Phajcha, ubicada en Pintag, parroquia rural de Quito, en la que además se vende mantequilla, yogur y varios tipos de leche.
Aunque el proceso efectivamente fue largo, se tardó ocho años en deshacerse de las vacas con características Al. José Eduardo Jácome, propietario del negocio, considera que valió la pena, no solo porque económicamente le ha resultado beneficioso, sino por la satisfacción de sus clientes, muchos habían dejado de consumir leche por años y ahora han retomado el consumo.
Desde la fundación Codespa también resaltan el beneficio que puede significar para los ganaderos el adquirir políticas productivas saludables y diferentes al resto, pues el tener certificaciones les permite comercializar la leche a un mejor precio e incluso, con valor agregado y venta directa, les hace ganar mucho más.