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UDLA festeja décima edición del tributo a la temporada de Coladas Moradas

 

Con el lanzamiento del libro “Cuerpo de trigo, alma de maíz”, publicado por UDLA Ediciones y la Escuela de Gastronomía, la Universidad de Las Américas celebra los 10 años de su tradicional reconocimiento y tributo a la temporada de Coladas Moradas. El 28 de octubre se realizará el lanzamiento del libro y se reconocerá a los 10 autores que fueron ganadores del segundo concurso de cuentos de cocina tradicional ecuatoriana, edición coladas moradas y guaguas de pan, en las categorías “Estudiantes UDLA” y “Adultos nacionales y extranjeros”.

Los primeros lugares de ambas categorías, Diana Ontaneda de estudiantes y Margarita Andrade de adultos, tendrán la posibilidad de intercambiar criterios sobre la tradición de las coladas moradas y guaguas de pan en un conversatorio con Miguel Burneo, docente y experto en cocina nacional; y, Santiago Rubio, Ph.D en Literatura Latinoamericana. En este espacio, también, conversarán sobre las tradiciones, costumbres, leyendas, recetas y personajes que inspiraron la escritura de sus cuentos ganadores.

Cabe recordar que, a lo largo de esta década, la Escuela de Gastronomía de la UDLA ha organizado concursos para premiar a hoteles, restaurantes, “huecas”, mercados de Quito. Asimismo, ha resaltado la labor de productores y familias campesinas que trabajan, de manera sostenible, con los distintos ingredientes de la colada morada.

Uno de los propósitos de la UDLA es contribuir a la sociedad, así como generar conocimiento que promueva el desarrollo de las comunidades locales y la preservación de la cultura y los saberes tradicionales, a través de un modelo educativo de gastronomía con identidad local, en el que el contenido teórico y práctico es necesario para que los futuros profesionales tengan sólidas bases de cocina nacional.

Autores de “Cuerpo de trigo, alma de maíz”: Fanny Margarita Andrade Rivera, Fernanda Carolina Salcedo Muñoz, Víctor Eduardo Cabezas López, Freddy Xavier Lasso Garzón, Gabriela Alexandra Recalde Portilla, Diana Carolina Ontaneda Viteri, Pablo Andrés Viteri Chancus, Jhonny Lanchimba, Joyce Alexandra Baus Villavicencio y Alberto Pachala.

Sobre la tradición de la colada morada y las guaguas de pan
Carolina Pérez, docente de la UDLA, nos cuenta que para nuestros antepasados la muerte no significa el fin, significa la continuación de la vida, en otro espacio y en otra dimensión, con posibilidades de conectarse con el mundo de los vivos. Así nace la función de la comida como un nexo entre la vida y la muerte; entre los seres vivos y nuestros seres que han fallecido.

En los rituales mortuorios, la comida tiene la función, por ejemplo, de acompañar al difunto, en forma de alimento, para que pueda emprender su  largo viaje hacia el mundo de los muertos o mundo de los ancestros. Como parte de la tradición indígena, las tortillas de harina de maíz o productos de la tierra asados en tiestos eran los alimentos que se llevaba a los muertos.

Posteriormente, las formas de guaguas (sin extremidades) se realizaron para representar la manera en cómo eran enterrados (momificados). Las primeras guaguas fueron realizadas con zapallo, producto que representa la vida dentro de una chacra, y en formas humanas, con el fin de representar que los seres queridos enterrados, seguían vivos en otra dimensión.

Para simbolizar la vida de estas figuras, se añadió una bebida color sangre. La importancia del color, reflejado principalmente en el maíz morado y los frutos rojos, dando como resultado el color morado oscuro, tan característico de la colada, que tiene una asociación con la sangre concebido como algo
sagrado en muchos casos. Por otra parte, la carga de ancestralidad que encontramos en los ingredientes siendo varios de ellos nativos o endémicos de nuestra tierra como el maíz morado, mora, mortiño, ishpingo, naranjilla, babaco y piña.