El lavado de activos es un riesgo al que se enfrentan todas las instituciones financieras y también cualquier empresa que maneje dinero en efectivo o crédito, inversiones o seguros, destaca la consultora PWC en su portal.

Por ello la prevención ante esta práctica es básica. De lo contrario nos enfrentamos a multas millonarias, prisión y lo más importante a una afectación irreparable de la reputación de nuestra marca, volviendo insostenible un negocio.

En el Ecuador la Unidad de Análisis Financiero (UAF) es la encargada de operar en contra del lavado de activos de acuerdo a lo indicado en la Ley de Prevención,  Detección y erradicación del Delito de Lavado de Activos y Financiamiento de Delitos.

Por esta razón, varias empresas se encargan de asesorar y establecer metodologías y sistemas que aporten al control de esta amenaza. En esas empresas por lo general existen profesionales certificados por las asociaciones internacionales de especialistas en la prevención de fraude y lavado de activos. Sin embargo, si eres parte de las finanzas en una empresa es necesario que conozcas a fondo sobre este tema: las leyes, la norma y su aplicación.

De hecho la normativa ecuatoriana establece para las instituciones del sistema financiero la obligatoriedad de contar con un manual de prevención de activos, financiamiento del terrorismo y otros delitos.

En ese documento legal, se especifican varios niveles y aspectos a tomar en cuenta en las operaciones de las instituciones financieras como las figuras de: la alta gerencia, los clientes, colaboradores,  proveedores y en general todos los usuarios del sistema financiero.

En función de esto las instituciones financieras deben cumplir con la elaboración del manual que incluya, entre otros aspectos:

• Descripción de funciones y jerarquías de todos los encargados de la prevención del lavado de activos.
• Metodología y procedimientos para manejo y reporte de la información así como para el monitoreo permanente.
• Procedimiento para atender los requerimientos de información presentación competente.

Así, la prevención del lavado de activos no solo es una obligatoriedad para cumplir con la ley sino una buena práctica para mantener siempre el alto el nombre de una empresa. Si bien la ley se aplica solo a las instituciones financieras, el resto de organizaciones podrían también contar con una normativa interna que promueva el control.

Ciertos sistemas de prevención de hecho basan sus procedimientos en la cultura, visión, misión y valores de la empresa ya que allí se debe originar el cumplimiento de toda norma, como un ejercicio intrínseco de transparencia.